El origen de la firma electrónica de Sora
Si tuviéramos que hablar de alguna herramienta clave en el mundo empresarial, sin duda alguna nos atreveremos a decir que es la firma electrónica y en el siguiente blog te contaremos porqué.
La pandemia por el covid-19 revolucionó completamente nuestra manera de vivir, tanto así que hoy que ya tenemos luz verde para retomar nuestras vidas podemos afirmar que a pesar de intentar hacer las mismas actividades que solían acompañarnos, nuestras vidas no volverán a ser las mismas.
Entre todos esos cambios y adaptaciones a las que estuvimos expuestos, nos encontramos con que una de las limitantes presentes durante la cuarentena fue evitar el contacto físico, lo que contribuyó al crecimiento y desarrollo del trabajo remoto y la necesidad de firmar documentos a distancia.
De esa manera tenemos que durante este periodo el incremento de la firma electrónica en las empresas se notó de manera notoria a tal grado que muchas personas situaron su origen en esta época, sin embargo, ¿fue ahí donde comenzó la firma electrónica? La respuesta es “no”.
Se puede ubicar sus principios a inicios del siglo XXI con las Leyes Modelo propuestas por la CNUDMI en materia de comercio electrónico y que abrieron paso para que varios países (entre ellos España, México y Argentina) renovaran sus propias leyes para adoptar estas nuevas.
Pero, ¿por qué implementar una firma electrónica? A pesar de que durante siglos la firma autógrafa se ha utilizado indiscriminadamente para cumplir con los objetivos de la firma en sí; eso no la excluye de tener algunas deficiencias que han ocasionado conflictos. Entre esas deficiencias podemos encontrar que no hay certeza de quién firma el documento en cuestión, una firma autógrafa no tiene garantías si el documento no está notariado, se corre el riesgo de que el documento se pierda o dañe, hay dificultad de alinear a las partes involucradas, entre muchas más. Lo que nos lleva a la siguiente pregunta:
¿Cómo nació Sora?
Que se extravíe un documento importante es un aspecto negativo en muchos sentidos, sobre todo si ese documento cuenta con un elemento tan importante como lo es la firma de un tercero y sirve como prueba en un juicio legal. Ese, precisamente, fue uno de los patrones con respecto a inconvenientes en los juicios que Alejandro Martínez, el fundador de Sora, se encontró durante su carrera como abogado litigante.
Durante los años que tuvo presencia en juicios se percató de que existen tres tipos de discrepancias en el uso de firmas como pruebas:
- No existe el papel
- Si está, no tiene la firma de un documento
- Si ese documento estaba firmado, se negaba la autenticidad de la firma
Lo que llevaba al juicio a un proceso un tanto diferente: una prueba de peritaje que básicamente consiste en hacer firmar a la persona en cuestión y los expertos en el tema (llamados peritos) se encargan de analizar parte por parte la firma para encontrar las similitudes (o en su caso discrepancias) que afirmaran o negaran la autenticidad de la firma presentada como prueba.
El problema con este tipo de procesos es que no garantizan una objetividad al 100% ni alta precisión. Fue esa la razón que llevó a Alejandro Martínez a investigar nuevas alternativas que ayudaran a erradicar este tipo de situaciones y entonces se encontró con que más de una década atrás se establecieron las pautas para lo que hoy conocemos como “firma electrónica”.
Pero no sólo eso, también se adentró a investigar en los diferentes tipos de firmas electrónicas para conocer las características de cada una de ellas, adoptando la firma fiable para lo que más adelante sería Sora. De manera resumida, encontró que la firma electrónica avanzada funciona a través de la criptografía con tecnología dash, lo que garantiza la seguridad de los datos personales y además ayuda a reconocer quién firmó un documento, cuándo lo firmó y qué fue exactamente lo que firmó, terminando así con los problemas iniciales.
Entonces, se puede decir que la firma electrónica de Sora es una innovación que llegó para ayudar a las empresas no sólo a reducir sus ciclos de gestión y traslado de documentos, así como la facilidad de cierre de tratos a distancia o el contrato de personal de manera remota; sino que también le garantiza a sus clientes un completo y total respaldo legal que lo avalara ante cualquier juicio que se pueda presentar.
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